11 ago 2009

Pequeña proyección

A los 5 o 6 años, programé toda mi vida.
Casamiento a los 17, ser veterinaria, tener 3 hijos...
Con los años fui desarrollando esa idea.
Mi veterinaria imaginaria se iba a llamar “Buena Pata” y sería además una guardería para perros. Podría describir exactamente como imaginé que sería.
Mi perro iba a ser un Pastor Inglés.
Fui creciendo y siguieron surgiendo ideas. Seguramente viviría en Pocitos, para ser más específica en Gabriel Pereira.
Llevaría a mis hijos al cole en una Suzuki Vitara. Andaría siempre de trajecito, brushing y lentes. Tacos altos...¡Infaltables!
Por supuesto un cuerpo envidiable y una vida exitosa.
Algunas cosas cambiaron con el pasar de los años. Cambié casamiento a los 17, por irme a vivir a los 18 con Fio y Naty a un loft diseñado por nosotras. Estaba todo pensado (hay planos que lo detallan).
A los 16 me di cuenta que no me gustan mucho los animales y decidí seguir la orientación humanistica y estudiar Diseño de interiores. Luego me di cuenta que no me gusta hacer planos y estudié Periodismo. No me casé a los 17, sino a los 24. Los trajecitos nunca aparecieron, porque con casi 30 me sigo negando a abandonar los All Stars. Flaca? Mmmmm para más adelante...
La Suzuki Vitara ya pasó de moda, no tengo tiempo para brushings y me duelen los pies si uso tacos altos. No tengo perros.
Las casualidades de la vida hicieron que mi primer casa luego de casada fuera en Gabriel Pereira. Nunca viví con Naty y Fio, pero siguen siendo mis mejores amigas.
La vida cambia y muchas veces da giros que ni siquiera nosotros nos imaginamos, pero lo más importante, es que con casi 30 años, tengo la vida exitosa que siempre quise tener.