23 oct 2014

Día del Periodista

Hoy en Uruguay es el Día del Periodista. A decir verdad, no tenía ni idea qué se celebraba hoy y un poco de  "atrevida" acepté algunas felicitaciones generales publicadas en las redes sociales por amigos y conocidos.

¿Por qué me siento periodista?

Allá por los comienzos del siglo XXI comenzaba mi corta vida en el mundo del periodismo. 
Me acuerdo que cuándo comencé a estudiar, sucedieron los atentados a las Torres Gemelas en Nueva York, y ese fue el primer hecho histórico que marcó mi visión sobre el mundo. Para mi (como supongo que para millones y millones de personas) hay un antes y un después de ese día.
Todo el año había trabajado en la monografía final de Prensa  para la UTU sobre la Anorexia. A pocos días de entregar el trabajo final (se entregaba el 04 de octubre, no me olvido más) pasaron los atentados y le di un giro rotundo a la investigación...Yo quiero hablar de esto!!

Para mi sorpresa, el trabajo que entregué (que era casi como un hijo) con extractos de editoriales como "Le monde diplomatique" o análisis del Real Instituto Elcano, alcanzó apenas a un 8, contra un interesantísimo trabajo sobre las razas de los perros que realizó una compañera (y que tuvo estampado un hermosísimo 10 que me provoca pesadillas hasta el día de hoy).

El argumento del profesor Daniel Braquet (a quién etiqueto y espero haga algún comentario al respecto) era que mi trabajo era oportuno pero no original, ya que todos los medios de prensa hablaban de las Torres gemelas en aquel entonces. (Obvio que ninguno de mis compañeros había hablado del tema pero a él se le ocurrió juzgarnos como si fueramos un medio de prensa de verdad)

Le contesté que iba a hacer un trabajo sobre "como cagan las palomas", que seguramente fuera oportuno por si algún día lo cagaba una, ya que quizás podría evitarlo o al menos explicarse como lo hizo, y sin dudas sería original. Le causó tanta gracia que en el examen oral (defensa de mi maltrecho trabajo periodístico) me hizo contarle la historia al veterano que lo acompañaba en la mesa del examen. El veterano no entendió mucho el chiste, pero él yo yo nos reímos mucho (confieso que en ese momento yo me reía de compromiso para levantar el ocho en el oral y mi honor periodístico).

Al año siguiente me peleé con el profesor de Sociología. Gracias a Braquet no dí libre el examen, pero tenía que entregar la monografía final a tiempo.
Claro que todos hicieron estudios sociológicos sobre la pobreza, bla bla bla...
¿¿¿Pues yo qué hice??? "Los medios de comunicación y el Islam ". Debe haber sido el trabajo más divino que  hice en mi vida. Aprendí mucho sobre la diferencia del Islamismo y el fundamentalismo islámico. Casi podía sentarme a discutir con quién sea...
Pero al llegar al oral lo primero que me dijo el profesor fue; "¿A ver que tiene para decir la defensora de Bin Laden?"

¡¡El tipejo no había leído mi monografía!! (que defendía bastante al islam, por cierto, pero no mencionaba a Bin Laden en lo más mínimo).

Ahí se fue mi segunda decepción periodística, y todavía no había empezado mi carrera...
La UTU fueron dos años alucinantes, intensos, llenos de peleas, quilombetes y otras cosas, algunas de las que me arrepiento, y otras que recuerdo y me causan mucha gracia. Tengo todavía por ahí las bolufrases que anotabamos con los dichos de los profesores y compañeros. Una época sin dudas de las más lindas de mi juventud...

Al año siguiente al recibirme comencé a trabajar en VTV, como panelista en "Las cosas por su nombre" un talk show conducido por la genia Silvia Novarese, y que iba de lunes a viernes en vivo durante dos horas. En ese programa aprendí a hablar "DE LO QUE SEA", un día hablabamos del SIDA y otro día hablabamos de la moda, o de tal o cuál ley.

De esa tribunita salieron grosos de la TV como Juan Sebastián Rodriguez (gran secuaz) o Sebastián Giovanelli, y otras como Mónica Lorenzo (que robaba el micrófono para salir al aire y me hacía calentar hasta explotar) que también hoy sale en TV. También se escucha por radio mi otro secuaz Martín Cardoner y está en Galería Carina Fossatti con quien no compartí tiempo al aire pero que también supo ser parte de la tribuna.

De esa montaña rusa de temáticas pasé a Camino al País donde sin dudas me fogueé como periodista (y descubrí cuan mala puedo ser televisivamente).

Ahí grabé las peores entrevistas e hice los peores copetes de mi vida (lo mío sin dudas era la prensa escrita) pero aprendí en menos de un año lo que creo no he aprendido laboralmente en toda mi vida.

Otra montaña rusa, totalmente distinta. Trabajaba de sol a sol, viajaba los fines de semana. 
En cada pueblo me encontraba un pariente o un conocido (recorríamos Uruguay con Rossana Crosta y Fernando Castro, conductora y camarógrafo). Ese año también escribí la crónica de nuestros viajes en Últimas Noticias. Algún día escanearé algún artículo y lo colgaré en este blog.

Podría pasar horas escribiendo anécdotas de esa época, pero voy a contar una sola, que para mi define lo que es un periodista.

Estábamos en Buenos Aires, en la Feria Internacional de Turismo, de golpe, una avalancha de periodistas corren hacia un lugar. Corrimos nosotros también y pude ver una imagen que jamás se me va a olvidar. En el tumultuoso enredijo de periodistas, micrófonos, cámaras y camarógrafos Rossana se hizo paso, con los codos hacia un lado y hacia el otro, y accedió a entrevistar a Anibal Ibarra (el entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires). Solo tres preguntas se hicieron en ese pequeño instante periodístico. Dos las hizo ella y terminó con un saludo para Uruguay. Minutos más tarde, la vi correr y entrevistar (mientras corría) a Daniel Scioli el entonces vicepresidente de la Nación. Fue la única que continuó corriendo hasta alcanzarlo.

El periodismo es eso. Es hacerse lugar. Es hablar de lo que haya que hablar, en el momento en que se necesite. A veces es un lugar un poco duro, porque no siempre se sabe lo que se dice o porque tenemos que hacernos lugar entre los demás. A veces la de al lado te roba el micrófono y se hace su lugar.

Es un lugar de extrema responsabilidad, dónde lo que se dice puede arruinarle la vida a otro, por ejemplo. 

Un verdadero periodista no se marea con los aplausos o se encandila con las luces de un estudio de TV. Un verdadero periodista hace las cosas por el placer de informar. 
Para finalizar, quiero recordar al Gato Artola, a quién le hice mi primer entrevista y me sacó el cuaderno dónde tenía anotadas las preguntas y me dio una de las mayores enseñanzas. "Aprendé a escuchar a quién está entrevistando y no vas a necesitar ningún cuadernito"  =)

Hace tiempo me alejé de ese camino...pero sigo creyéndome periodista. Porque todavía en mi corazón siento la necesidad de saber, la necesidad de transmitir, y la responsabilidad de hacerlo bien.