Hace días tengo un pensamiento que ronda por mi mente de maneras distintas. Recién ahora, domingo 16 de diciembre, a la una y media de la mañana vengo a unir todo como para escribir esta nota.
Todo comenzó con una banalidad, cuando me enteré el otro día de la muerte de Ricardo Fort. Después de imaginarme el montón de huesos y gelatina que van a quedar en el cajón en un tiempo, me puse a pensar que ese tipo, gastó todo el histrionismo que una persona puede llegar a tener, en "excentricismos", cirugías y una vida de excesos, solamente con el fin de llenar ese hueco que llevaba dentro, ese vacío que no se llena ni con dinero ni con nada, la Soledad. Ese pobre loco pagó novias/os, guardaespaldas y amigos para sentirse rodeado, y murió solo y lo mas triste de todo, es que probablemente en un tiempo ya nadie se acuerde de él.
Días más tarde -y pido disculpas por las eternas distancias entre una cosa y otra, pero la mente es así, asocia cosas de manera increible- murió Nelson Mandela. El tipo vivió 27 años de su vida en una celda de dos por dos, y sobrevivió gracias a sus ideales y un corazón que lo hizo ver más allá que sus propios intereses. Mandela será recordado por siempre.
Bajando a mi realidad, me llama la atención como hay personas que son recordadas y otras que no. Yo muchas veces me siento una persona de esas que no es "recordada". Cuando pienso en alguien que hace mucho tiempo que no veo, me pregunto si se acordará de mi. No se por qué, pero el 99% de las veces tengo la certeza de que no se acuerda de mi existencia.
Sin embargo, cada tanto, cae una invitación de facebook o un mensaje de gente que hace mucho no veo, y que yo no me acordaba de su existencia, y me sorprenden con anécdotas que ni yo recordaba. No siempre soy olvidada!!
Tengo claro que no soy ni Fort ni Mandela, pero espero seguir dejando huellas por ahi...
