28 dic 2015

A mi


-Hey vos!  Si si vos!  Te quiero!
-A mi?  Nahh no mientras.  Si te borraste!
-Borrarme yo? No inventes!  Vos me borraste!
- Ah bueno... Nos vamos a pasar todo el día pasándonos la pelota? X q te fuiste?
- Es q me pareció que cada vez teníamos menos cosas en común. Cada vez q yo quería aparecer algo mejor surgía y siempre quedaba para después. intente una, dos, tres, cien veces y me cansé.
- Perdón. No me di cuenta.  Cuando quise ver te habías ido. ¿Y ahora X q volviste?
- Porque me llamaste.
- ¿Yo? No recuerdo cuando.
- El día q miraste por la ventana del avión te acordas? Me pareció que eras vos pero no me animé a asomarme del todo. Después me llamaste de nuevo cuando pintaste aquel castillo y lloraste mientras pedías los deseos mirando los fuegos artificiales del Wishes en Disney.
-Ahora que me lo decís puede ser...
-... pero sabes cuando me encontraste? Cuando te sentaste con esa guitarra, tu guitarra...Y tocaste...Y la música me trajo a vos. Ahora chau! Te quiero!
- No te vayas! Todavía te necesito!
- No me necesitas. Vos ya me encontraste. Perdón. Vos te encontraste.
- Pero ya no soy igual a vos!

- No. Ahora sos mucho mejor. No lo olvides.

27 dic 2015

Año nuevo, y qué?

Todos los años a esta altura se me da por reflexionar. La gente pide reflexión (mentira, la única que una vez la reclamó fue mi amiga Gabriela, y yo me la re creí).

No quiero ser reiterativa, es como la 5ta nota que escribo consecutiva y siempre termino redondeando en lo mismo...que las metas, que las promesas, que disfrutar, que la vida es corta.

Ahora me pregunto por qué exactamente creemos que el 1ro de enero va a cambiar algo? Es como "empezar la dieta el lunes" o "tirate que hay arenita".

El momento de cambiar es el momento de cambiar. El "tengo que" debería ser erradicado y suplantado por un "voy a", pero no en el futuro, sino en el preciso momento en que voy a hacerlo.

No hay meses para el cambio, como dice la canción de Attaque, "...solo el cambio es lo único que permanece en el tiempo, incondicional".

No hay días para reflexionar y días para no reflexionar. Seamos reflexivos siempre!

La gente se amarga en ésta época, se acuerda de los que no están (como si el resto del año estuvieran), se lamentan de las desgracias (como si el resto del año fueran distintos).

Yo elijo reflexionar siempre, cambiar siempre y vivir siempre.

Feliz día a día para todos!
Salud

6 dic 2015

Felicidad en las pequeñas cosas...Chau 2015! #SuerteEnPila

La vida es un viaje, un camino, un libro, una historia, una película, una canción...
La vida es UNA, esa es mi conclusión (y quedó en rima).

Este año aprendí eso...no hay otra chance de rehacer nada, ni de volver a vivir nada. Cada segundo que pasa de nuestra vida es irrepetible y lo que hagamos de él es justamente lo que nos hace a nosotros mismos.

Me he cansado de pensar en definir la felicidad, de leer sobre valorar lo que se tiene, luchar por las metas, etc...y hoy escribiendo esta nota, tras una charla con un amigo, estoy en condiciones de decir que este año descubrí lo más importante que pude haber descubierto en toda mi vida.

La felicidad está en uno mismo.
Es cierto que hay personas y cosas que nos hacen felices. Pero todo es efimero. Lo material es efimero, las personas son efimeras. Mientras vivamos lo único, único, único que se mantiene con nosotros, somos nosotros mismos.

Por eso no hay que buscar la felicidad...Hay que SENTIR la felicidad.
Felicidad en pequeñas cosas, como escuchar una canción, mirar un lindo paisaje, admirarse por una respuesta acertada en el momento exacto, o desafinar una canción mientras caminás por la calle.

Felicidad de compartir momentos con otros, o con vos. Mirar un atardecer y decir wooow, que lindo regalo me estoy dando.
Hace un tiempito he decidido darme esos pequeños regalos. El otro día iba caminando de noche por la rambla, y la luna estaba hermosa -bien bien finita- y se reflejaba de una manera peculiar en el agua dando un tono rojizo. Estaba justo llegando a la ANCAP de Bulevar Artigas y la Rambla, en esa partecita oscura antes de la estación, caminé unos pasos hacia el agua y me senté en la oscuridad a observar ese paisaje mágico. Fui feliz por esos minutos mientras lo miraba.

Otras veces soy feliz sentada en el estanque de la Facultad mirando el agua verdosa -esa que tanto critican algunos pero que està llenita de peces y tortugas-. Muchos dicen que es horrible. Para mi es uno de los lugares más lindos del mundo. Ahí soy feliz, porque me felicito cada día por la decisión que tomé de estar en ese lugar. Y me siento en ese lugar y soy feliz.

Soy feliz cada vez que Guille o Fran demuestran ser un pedacito de mi. Cada vez que transmiten los valores que yo les inculqué, incluso cada vez que hacen cosas "tan mías", especialmente Guille que heredó mi humor ácido y tiene esas salidas que sin lugar a dudas son producto de la genética =)...

Soy feliz al ver en quién me convertí, con todos los errores que cometo todos los días. Este año, uno de los años más duros de mi vida, aprendí a ser feliz por mí y para mí. Me rindo tributo todos los días y aunque a veces derrapo y me pierdo, siempre vuelvo a encontrarme. Adiós laberintos, ya tengo mi gps!

Me encanta la Maru Mujer en la que me convertí, y pese a que este fue un año de MIERDA en la mayoría de los sentidos, siento que no necesito que se muera nadie más para entender que no hay otra chance...que la vida es esta. Y que tengamos o no tengamos las cosas materiales que queremos, tengamos o no tengamos al lado a quien amamos, estemos solos o acompañados, todos nos tenemos a nosotros mismos. Todos tenemos un atardecer que mirar, un reflejo de luna que admirar y un momento de felicidad para regalarnos.

Feliz año para todos! Que el 2016 te regale 365 momentos de felicidad!

8 nov 2015

Mochilas, principios y la mar en coche…


Por alguna razón –que seguro tiene algo que ver con lo innato y algo que ver con lo adquirido- soy una de esas personas que todo lo cuestiona.  Es raro, porque en épocas del liceo ODIABA con todo mi ser la Filosofía, ya que no podía entender aquello del “Pienso luego existo de Descartes”, o el concepto de “El ser y la Nada” de Kant.  Y no perdí tiempo tampoco en aprenderlo o entenderlo demasiado, seguí con mi vida.
Sin embargo con el tiempo me doy cuenta que me he convertido en una persona crítica (Gracias a Dios!!! Lo considero una gran virtud) que no puede ir por la vida esperando que las cosas sucedan y ya…Yo me cuestiono el por qué de las cosas, trato de relacionarlas con el entorno que me rodea, con mi historia. Un eterno “autosicoanálisis”.
Freud hablaba del “Ello” (como una manifestación del inconsciente), el “Yo” (como la manifestación de la conciencia) y el “SuperYo” (como el conjunto de normas sociales establecidas que limitan al Ello y condicionan al Yo). Así lo entendí más o menos cuando lo estudié, debe tener su explicación más profunda, no estoy googleando para escribir esta nota, ni pienso hacerlo, simplemente, apelo a mis escasos conocimientos de Filosofía de 5to y un poco de cultura general…
Bueno respecto a Freud creo que quedó en el camino un “CreoYo” que sería quien realmente quiero ser, más allá de lo que me diga mi inconsciente y lo que dicte la sociedad. Un Yo intermedio que evalúe todo, desde lo más alocado del deseo, hasta lo más estricto de la razón.
Una de mis mejores amigas usa una palabra que me encanta para referirse a su forma de ser. Es “principista” (mantiene firmes sus principios). Yo siempre lo llamé a eso “mis valores”, pero me robo su concepto y me autodefino como ella “principista”.
Hay amigos que algunas veces me han dicho que debo dejar los principios un poco de lado, o no ser tan estricta en su aplicación. Por ejemplo, cuando la profesora de 5to de liceo dio todas las preguntas del examen, yo me negué a recibirlas por “principista”. Todos salvaron y yo no, en un claro boicot a esa “farsa”. Perdí diciembre, perdí febrero y salvé en julio, gracias a que la profesora me pasó las preguntas. Dejé los principios de lado, salvé filosofía y hoy soy bachiller. También le animé el cumple al hijo de la profe de Matemáticas A, para que me pusiera un 7 y exoneré. Dejé los principios de lado y tan mal no me fue. Estoy escribiendo una nota que empezó hablando de Descartes, Kant y Freud. ¿O no?
Pero esos principios no me definieron como persona. No soy mejor o peor persona por copiar en un examen. Soy más tonta por no saber, o no haber aprovechado la oportunidad de aprender…eso sí no lo discuto. (Y la verdad no he aplicado en nada en los últimos 18 años las ecuaciones, por lo que ya no me remuerde tanto la consciencia lo de la profe de Matemáticas).
Entonces por ser “principista” (o ahora que saqué los trapitos al sol “semiprincipista” o si fuera título de una película “Principista por conveniencia”) he ido dándole forma y explicación a mi vida, según el concepto que mi “SuperYo” le ha manifestado a mi “Yo”, en su eterna lucha con mi “Ello”.
Ahora…en que quedó mi “CreoYo”? Cuántos de todos esos principios fueron propios o adquiridos. Cuánto elegí yo ser como soy y cuánto la vida, el entorno, quienes me rodean eligieron por mí?
Esa pregunta quizás la responda al final de esta nota, al menos eso es lo que busco. Y si no…seguiré buscándole la respuesta…No se olviden de aquello del principio “soy una persona que todo lo cuestiona”. Quizás al terminar la respuesta es que “no lo tengo que cuestionar”…Veremos…
Entonces surge el tema de “la mochila”. Cuando nacemos la mamá lleva un bolso enorme de cosas que necesita para que estemos bien. Mamaderas, termómetro, causalón/perifar (por si tiene que intercalar), tres mudas de ropa (nunca falta cuando se mea hasta la nuca y después se hace caca y se le pasa el pañal), ropa por si hace calor y por si hace frío, la mantita, el calientamemas, el chupete de la siesta y el de la noche, el nonito, bla bla bla, podría seguir. Vaya responsabilidad carga la madre (bueno el padre también, pero no estamos hablando de egos de nadie más que del mío en esta nota así que a llorar al cuartito).
Entonces el bebé crece y se hace un niñito, y ya anda con su mochilita a cuestas, y la va cargando en el jardín con un vasito y una servilleta. Después ya va a la escuela y comienza a cargarla de libros y cuadernos, útiles, cartucheras bla bla bla, pero cuando llega al liceo es una cuadernola con una bic metida en el rulo y nada más. Y ahí empieza el problema.
La mochila deja de ser mochila de verdad, y aparece la mochila imaginaria.
Llega un momento en la vida en que el mundo que nos rodea comienza a pedir que se realicen todas las expectativas que depositaron en nosotros mismos, y es justamente ahí, al final de la adolescencia. Ese momento justo, en el que te preguntás para qué corno Descartes pensaba si pensaba primero o después de existir, o para qué corno usarías las ecuaciones si estabas haciendo 5to Humanístico…Ahí la abuela comienza a querer ver que la nena se vista prolija como en su época, la tía pregunta si tiene novio, cuándo va a tener novio, por qué no tiene novio, la tía abuela comenta que “estás gordita, pero estás linda”, el abuelo pregunta que vas a estudiar, el vecino comenta que increíble que no te vaya bien en el liceo si ya sumabas dos más dos con tres años…y así se empieza a cargar la mochila imaginaria.
Y queremos tener novio para contestarle a la tía, y nos sentimos culpables del jean rotoso cada vez que vemos a la abuela, y no tenemos ni puta idea qué vamos a estudiar, y probablemente tomemos una decisión de mierda al respecto y nos cueste horrores reconocer que nos equivocamos ante los demás por las malditas “expectativas ajenas” que fuimos cargando en nuestra mochila.
Pero no termina ahí. Elegimos una carrera y nos metimos en una lucha libre contra el tiempo. En Uruguay entrás a Arquitectura y te avisan el primer día que el promedio de la carreara es de 12 años aunque esté armada para hacerse en 6. 12 años! Te asustan, muchos la hacen en 10, (tranquilos compañeros de facu) y la mochila es cada vez más grande.
Y empezás a laburar. Y conozco muy pocas personas que laburan de lo que quieren. Y las personas que dicen que AMAN lo que hacen, son de las personas más estresadas del universo, porque se autoexigen constantemente y se cargan y cargan y cargan la maldita mochila.
Y ya la mochila ya está que explota cuando llega el momento en que te casás y tenés hijos (si tuviste la suertisima de poder mostrarles a todos en la cara y refregarles que Si! Lo lograste! Conseguiste marido/mujer y te vas a casar! Si! Casar! Nada de concubinato (peso extra a mochila ajena) CA SA MIEN TO señores, con fiesta, regalos, vestido blanco y toda la pompa. Entonces tirás para afuera algunas cosas de sobran en la mochila imaginaria. Chau “novio/ParaCuandoElCasamiento”, pero automáticamente aparece el “ParaCuandoElBebe”, seguido del “ParaCuandoElHermanito” y seguido de “ParaCuandoElTercero” y si tenés cuatro te dicen “ParaCuandoCerrásLaFábrica”, si tenés cinco estás loca y si tenés seis olvidate, más que mochila un tráiler necesitás.
Por suerte yo metí dos por una. Metí esposo e hija en el mismo paquete y reconozco que no me siento identificada con varias de las cosas que puse, pero sé que muchos de los que leen sí.
La cosa es que llega el momento en que en la mochila entra el trabajo, las cuentas que pagar, colegio privado/escuela pública, las comparaciones detestables con fulanito y menganita que son Spiderman y la Mujer Maravilla, y querés casa propia, y querés un autito, y querés un viajecito y querés y querés y querés.
Y un buen día te empieza a doler la espalda y decís por qué me cuesta tanto avanzar. Y Claro! La tenés ahí colgadita. No se fue…Ya no la carga tu mamá, con la ropita por si te mandás una cagada. La cagada te la mandás y la cargás vos. Y tenés que seguir. O mejor te estancás?
Entonces vuelve el cuestionamiento a tu vida, o aparece algo muchísimo mejor “el velo”.
“El velo” es el mejor amigo del Status Quo. Vos no tenés ni idea en qué momento se hicieron amigos, pero ellos son carne y uña, culo y calzón. Resulta que en algún momento de tu vida, alguien le dijo al “velo” que si aparecía, el Status Quo se iba a mantener ahí al firme, y así fue. Te vendaste los ojos, te pusiste un velo adelante y seguiste cargando tu mochila cómo pudiste. A veces pagaste con tu cuerpo, a veces pagaste con tu cabecita. A veces con las dos cosas, pero seguiste y mientras el velo y el Status Quo fueron amigos, vos seguiste adelante.
Pero un día llegó un “viento” que te tiro al piso e hizo que tu mochila se esparramara por todas partes. El velo se voló y el Status Quo dijo What? Que es todo este quilombo…? Hasta luego…
Y  te rodeaste de manos queriendo llenar de nuevo tu mochila. Pero cuando empezaste a juntar las partes para tratar de guardarlas dijiste “Qué es esto?”, esto ya no lo quiero más, “Y esto??” Pa’ fuera! Pero no es tan sencillo. Porque hay cosas que se quedaron aferradas adentro, y los dedos desde afuera te indican que guardar y que no. Y el Status Quo decide volver y el velo está ahí que quiere pero no quiere. Entonces empieza otra vez el cuestionamiento. Esto lo guardo? Mmmmm capaz algún día lo necesito. Y esto? Ay no, no me sirve pero como me duele soltarlo. Y esto otro? Bueno, está claro que no lo quiero, pero todos me dicen que lo guarde por las dudas.
Qué haces con tu mochila? La llenás de nuevo o la dejás con lo que realmente necesitás?
Después de mucho mucho mucho cargar, después de muchos vientos y caídas, de peleas y reconciliaciones entre el velo y el status quo, yo elijo no cargar más mochilas.
Hoy elijo que mis principios sean “Semiprincipios”, que mi vida la rija el “CreoYo” y si al tío o la vecina les duele y ese problema se les mete en su mochila, tendrán que esperar su viento y su vuelo del velo para sacarse ese problema (mío) de su mochila.
Hoy me elijo a mí por encima de todos y elijo no ser parte de la mochila de nadie, especialmente de mis hijos.
Dice Calamaro “La vida es una gran sala de espera, la otra es una caja de madera”. Y no señores, la vida es un caleidoscopio de cosas distintas, lindas, feas, tristes, buenas. Todo depende de cómo la enfrentemos, de cómo la vivamos y cuánto queramos cargar durante el recorrido.
Les deseo una vida con mochilas livianas, sin velos y regida por sus propios “CreoYo”.

Y les dejo mi dicho preferido (robado a mi hermano) “Mientras el tímido reflexiona, el valiente va, triunfa y vuelve”

18 sept 2015

Un Paseo por las Nubes

Nunca había volado en un avión comercial.
Mi máxima experiencia “por los aires” había sido un fugaz paseo en biplano, a fines del 2003, que no disfruté para nada y que nada tiene que ver con lo que voy a contar.
Desde que empezamos a planificar este viaje a Miami/Disney mi mayor preocupación eran los vuelos. Yo le decía una y otra vez a Andrés, yo organizo absolutamente TODO, pero por favor, arriba del avión, déjame tomarme una pastillita y ocúpate de los nenes.
Las cosas de la vida hicieron que un error de Tam nos ubicara en el vuelo de Montevideo a San Pablo a los 4 en asientos separados.
Debo reconocer que el avioncito ese es más parecido a una lata de sardinas que a un jet. Nos tocó en la última hilera, pegados a los baños. Yo sentada con una pareja, contra el pasillo. Fran, también contra el pasillo en mi misma hilera, con un señor y su hijo y en la hilera de adelante, Guille también del lado del pasillo, con la esposa del señor que iba junto a Fran y su hija. 20 hileras más adelante, Andrés.
Adelante nuestro, un matimonio medio veterano con un hijo de 11 años.
Ese vuelo medio que podría quedar para el olvido. Ni fu ni fa. "Como ir a Paso de los Toros en Nuñez", dijera Guille.
Se armó una especie de comunidad del Chavo en el fondo, donde todos nos chusmeteamos todo, a donde íbamos, con quien viajábamos, cuántos días y las gangas que conseguimos, bla bla bla…Llegamos a San Pablo.
Mi segunda mayor preocupación: Los aeropuertos. Una papa! Tanto San Pablo como Miami. Nada para decir. De hecho en Miami nos quedamos como esperando “los trámites” y resulta que ya estábamos afuera!
Ahora lo anecdótico de la nota…
Se puede decir que jamás había volado tan alto, por lo tanto jamás había sentido esa sensación.
En el vuelo San Pablo Miami que fue toda la noche (salimos a las dos de la mañana y llegamos acà como a las ocho) vi noche y día. No pegué un ojo y no de nervios, sino de emoción. 
Me cuesta un poco explicar. No tiene nada que ver con el viaje, ni los planes, ni los niños, ni Disney. Fue un vìnculo directo entre las nubes y yo.
Sentí que conecté de una extraña forma conmigo misma, me llené de la energía del mundo. 
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ATENCIÒN MOMENTO DE DELIRIO ENTRE LINEAS, PODÈS SALTEARTE ESA PARTE SIN PROBLEMAS, GRACIAS
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De a ratos el aviòn se sacudía y decía a mi misma Puta, hacé bien las cosas Maru! el Flaco (Dios segùn mi amiga Kari) te está mandando un mensaje (y sí sí, tenía que meter una mala palabra para aplacar un poco lo de la conexión con la energía del mundo, y la metí al lado de Dios, porque yo soy yo...y sigo escribiendo porque ya empecé a delirar...)
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Por fin entendí que cuando una persona tiene grandes aspiraciones o consigue grandes logros se le dice que “voló o quiere volar alto”. También entendí muchas otras cosas que trato de procesar para poder explicar.
Ver el mundo desde arriba, las nubes durante el día a mi costado, una de ellas dónde nacía un arcoíris. Ver las estrellas a los lados y no hacia arriba. Mirar hacia abajo y ver las ciudades de Brasil en la noche, que parecían pintadas de oro en la inmensidad de la tierra, y yo ahí arriba, un puntito en el medio del inmenso Universo.
El avión se movió muchísimo. Atravesamos una tormenta TREMENDA en Venezuela, hubo mucha turbulencia. Yo no iba sola, además de ir con mi familia iba alguien más; estoy segura que no estaba sola.
La paz que sentí ahí arriba no se si voy a volver a sentirla alguna vez. Creo que me encontré a mi misma. Creo que encontré a la Maru que hace tiempo estoy buscando y tanto me ha costado encontrar.
Me di cuenta que yo nací para volar alto, que yo no puedo permitir que nada más me detenga.
Me di cuenta que yo pertenezco a las alturas, que no tengo techo, que no tengo límites.          
Cueste lo que me cueste nunca más NADIE me va a atar al suelo y no dejarme despegar.

Yo ahora se quien soy y quien quiero ser, y todo eso lo descubrí, en un paseo por las nubes.

27 feb 2015

Perros perdidos, el color del vestido y otros sucesos...


Durante el día de hoy, mucho se ha hablado sobre un vestido, que se viralizó rápidamente en las redes sociales y que x algún extraño motivo algunas personas ven Azul y negro y otras ven blanco y dorado. Esto ha desatado a un sin fin de chistes y memes al respecto - por cierto muy divertidos- que nos tiene a todos  pendientes (para bien o mal) del tema...


Eso me hizo recordar una nota que hace mucho quería escribir sobre la viralización de las cosas...


Todos los días veo en mi TL de Facebook o Twitter, grandes cantidades de fotos de animales perdidos o encontrados, adolescentes desaparecidas, enfermos que buscan donaciones o cadenas de oración y hasta sorteos de celulares de última generación en páginas aparentemente oficiales.


Generalmente tiendo a compartir todas esas cosas (excepto la de los "regalos por decomiso de aduana, caja abierta, o #LaMarEnCoche" que #PorDiosTeLoPido es obvio que es una truchada); pero hace un tiempo me he dedicado a "explorar" la procedencia de los mensajes.


Generalmente cuando compartimos una foto, nuestros amigos ven la foto pero no ven su procedencia.

¿Adivinen qué?

El 90% de las veces, al ir a la raiz de la cuestión, descubro que el problema ya fue resuelto...
  • El niño apareció (se había ido de la casa)
  • El hombre ya murió (y su foto sigue in eternum circulando en las redes sociales y mortificando a toda su familia)
  • El perrito Golden que iban a prender fuego y se encuentra en adopción responsable, está en México.
  • Se buscaban donantes de sangre en Guadalajara hace tres años!!! La persona ya se recuperó...
  • ...y todavía sigo esperando que Sony Ericcson me envíe los 500 dólares que me gané por reenviar el mail a todos mis contactos o que Facebook me cobre 9,99 dólares por ser miembro -ya que jamás comparti la foto-, también se me pasaron los cinco minutos en los que se me iba a cumplir el deseo de tener un auto, que le pedí a la vela de la prosperidad (y juro que envié la foto a las 25 personas que realmente se merecían que algo bueno surgiera en sus vidas)
Yendo al grano...
Antes de compartir una foto...mirá en qué situación se encuentra, si realmente tiene coherencia y cuán importante es su difusión. 

Eso va a ayudar a que no tengamos tantas fotos "basura" en nuestro TL y cuando alguien realmente necesite ayuda, podamos ser más efectivos y no "ignoremos" una más de esas cadenas...

Ahora te aconsejo compartas esta nota y etiquetes a 35 amigos en los próximos 30 segundos...

...o se te va a volcar un chorro de leche chocolatada en el fondo de la heladera, y te vas a dar cuenta tan tarde, que vas a tener que estar tres horas con la esponja refregando para sacar el pegote...