9 jun 2009

Cortitos

El sonido del silencio hizo tanto eco en mi cabeza, que todavía siento un silbido en los oídos. La comunicación del alma tiene esas cosas.

Miro a mi hija y todavía no lo creo. Es un pedacito de mi, con pintitas de otra persona.

Cuando miro la luna pienso en vos y me doy cuenta que podrías estar mucho más lejos.

En el cuento de la vida, el final feliz lo escribe cada uno.

Llegaste a mi vida para destruirme en pedacitos. Ahora de mi depende armar de nuevo el rompecabezas y formar algo mejor.

Mi ego definitivamente no se corresponde con la imagen que me devuelve el espejo.

Se vieron, se gustaron, se hablaron, se amaron. Caminaron juntos por la vida, hasta que se separaron. Todavía están buscando encontrarse nuevamente.

En las puertas del infierno había un cartel que decía: Pase solamente si cree que puede repetir los mismos errores, pero sin cargo de conciencia.

La nena miró su madre y dijo: ¿Por qué la luna está allá arriba? La madre contestó: Porque si estuviera cerca ya le habrían instalado una fábrica de celulosa.

El mundo está lleno de ciegos que no quieren ver, de sordos que no quieren oír y de mudos que no quieren hablar. El mundo tiene capacidades diferentes.

Tanto nos acostumbramos a mentirnos a nosotros mismos, que al final no sabemos si existimos o eso también lo inventamos.

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